Soy Lola Fernández de la Torre
Te comparto toda una vida dedicada a la enseñanza e investigación.
Hablo de integración de la IA, de prevención y gestión de conflictos, y sobre cómo lograr mayor armonía y productividad.
Después de años en las aulas, he logrado una comprensión profunda de lo que realmente significa ser docente. Hay estudiantes que, con el paso de los años, me han comentado cómo había influido en decisiones que en algún momento tomaron.
Esos comentarios...
Me empecé a dar cuenta de la magnitud de nuestra responsabilidad.
Mis aulas han sido mucho más que espacios donde transmito conocimiento. Se han convertido en escenarios donde ha sido posible liderar y marcar diferencias reales en las vidas de mis estudiantes.
Al principio, cuando entraba a clase, mi mente estaba completamente enfocada en lo práctico: cubrir el temario, planificar el "cómo" y el "cuándo" de cada unidad.
Pero con el tiempo me di cuenta de algo fundamental: llevaba sobre mis hombros una responsabilidad tremenda de la que no era plenamente consciente. Para muchos de ellos, me convertía en referentes.
Ahí sentados, mirándome con expectativas... O distraídos, pero allí, durante 1 ó 2 horas. Semanas. Meses...
Más allá, pero mucho más allá
He descubierto que nuestro impacto como docentes va mucho más allá del aula. Y es que resuena en toda la sociedad.
¿Quién no ha escuchado cómo profesionales de éxito, en momentos de celebración, agradecen a algún antiguo profesor el haber dejado una marca indeleble en sus vidas?
Y es que a veces, incidimos hasta el punto de definir la carrera profesional que eligieron como definitiva.
O convirtieron en propia la vocación que les transmitimos.
Emociones impactantes
Cuando reflexiono sobre esto, me impresiona darme cuenta de que he pasado por la vida de miles de personas a lo largo de los años. El futuro de cada uno de ellos está entrelazado con las emociones que voy transmitiendo entre esas cuatro paredes que llamamos aula.
Lo que más me ha sorprendido es descubrir que mi verdadero impacto no siempre ocurre durante mis clases más elaboradas. A menudo sucede en momentos de conversación espontánea: en una tutoría que se alarga más de lo planeado, en el pasillo mientras espero el ascensor, o compartiendo un café entre clases.
Estas conversaciones inesperadas han sido las que han revolucionado la perspectiva que tenían mis estudiantes sobre sí mismos y sus posibilidades. He visto cómo una charla casual les abre los ojos y les ayuda a descubrir su propio potencial. En esos momentos mágicos, dejo de ser simplemente un transmisor de conocimiento para convertirme en un catalizador de sueños.
Me emociona saber que tengo la capacidad de plantar semillas que no solo crecen, sino que se multiplican hasta límites que jamás imaginé cuando estaba preparando mis lecciones para el día siguiente.
El privilegio de impactar
Este poder transformador que he descubierto en mí es un privilegio que me he ganado con años de esfuerzo y dedicación. Es mío por derecho propio, pero también viene con una responsabilidad inmensa. He aprendido a asumir este privilegio con plena conciencia, reconociendo el poder que tengo para transformar la realidad de mi comunidad.
Por eso, desde mi experiencia, animo fervientemente a todos mis colegas educadores a tomar consciencia real y profunda del impacto que estamos teniendo en nuestras comunidades y en cada uno de nuestros estudiantes. Porque al final del día, después de todos estos años, puedo, podemos, afirmar con certeza que esto es lo que realmente importa en nuestra profesión.
Ahora es tu turno
Mientras tanto, ¿te atreverías a hacer un experimento? Durante una semana, dedica algunos minutos extra, al final de cada clase, a simplemente conversar con tus estudiantes. Sin agenda, sin temario. Solo escucha. Luego puedes compartir cuántas vidas podrías estar tocando, sin darte cuenta. ¿Te apuntas?
PD: Los grandes maestros no se miden por lo que enseñan, sino por lo que despiertan. Maya Angelou lo sabía: "La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir". Y eso no aparece en ningún temario.
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